A comparación de los demás semestres, este estuvo un poco pesado. Los profesores nos han dejado trabajos finales y exámenes y yo con mi enfermedad ya no doy una. Este semestre me tocaron profesores muy buena onda, a pesar de que algunos se mancharon, pero no importa, creo que es un aprendizaje que nos servirá para toda la vida. Ejemplo de ello es la maestra de África Mireya que todavía de que no viene quiere hacer examen final (como si hubiéramos aprendido tanto de su materia) o la maestra de América Latina que aunque es muy buena deja leer demasiado y no lo digo porque no me guste sino porque no debería dejar tantas lecturas, además de que nos dejó hacer un trabajo final. En fin, el semestre pronto terminará en dos semanas y lo aprendido nunca se olvida. La maestra de Taller se portó muy bien con nosotros, ya que nos guió de una manera genial. A comparación de nosotros, otros compañeros están perdidos en sus temas y no saben ni cómo empezar.
Creo que aprendí mucho, a pesar de todas las tareas que nos han dejado y sólo espero disfrutar pronto mis vacaciones, ya que en verdad las necesito y más ahora que me siento muy mal.
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